Convivir en la escuela es una experiencia de aprendizaje, ya que el colegio es el lugar en el que se aprende a convivir con otros y otras fuera del espacio familiar. Por ello, el que existan buenos climas de convivencia, no solo mejora los aprendizajes, sino que desarrolla en todos los actores de la comunidad educativa, la capacidad de vivir y participar en comunidad. La convivencia es, por tanto, un aprendizaje para la vida. (Mineduc).
Dada la importancia de la convivencia, en cada establecimiento educacional existe un Plan de Gestión de la Convivencia Escolar, que regula las relaciones entre los miembros de la comunidad educativa, contempla las medidas pedagógicas y los protocolos de actuación ante situaciones de conflicto. Este Plan es elaborado con la participación activa del Consejo Escolar, y es implementado en conjunto con el encargado(a) de Convivencia Escolar, que es acompañado y asesorado por el equipo de gestión.
Bajo este entendimiento, se comprende entonces que el Bullying y la violencia escolar ocurren cuando no se ha logrado propiciar una adecuada Convivencia dentro del recinto educativo. Para lograr desarrollar este clima positivo entre todos los participantes de la comunidad escolar, es necesario, además de sancionar las conductas que lo perturban, el promover relaciones sociales positivas, educar a nuestros alumnos(as) en diversos temas, tales como relaciones interpersonales, autoconocimiento, expresión de emociones, resolución de conflictos, sexualidad y prevención del uso de drogas y alcohol, entre otros.
Al promover una educación integral, donde los alumnos y alumnas se desarrollan tanto académica como personal y socialmente, les permitimos adquirir las herramientas necesarias para lograr vivir una vida sana y relacionarse armónicamente con los demás en los diversos contextos que se pueden encontrar tanto dentro como fuera de la escuela. Como institución educacional, consideramos que es una responsabilidad ética el educar a nuestros alumnos en estas temáticas, para el logro del éxito tanto profesional como personal en sus vidas y potenciar al máximo sus recursos y habilidades para así guiarlos en el proceso de desarrollo emocional y social, convirtiéndose en jóvenes y adultos que contribuyan positivamente a nuestra sociedad.